A ti te hablo, humano.
A ti que admiras mi nobleza,
a ti que admiras mi belleza,
te hablo a ti ¿humano?
Tú que te bañas a diario
y que no puedes ni pasarme un cepillo
tú que te peinas a diario
y que no puedes desenmarañar mi crin
tú que te cambias los calcetines a diario
y que dejas mis cascos sucios
Te veo marchar cada día,
libre de ir a donde se te antoje
te veo mirarme encerrado
te veo a ti y no al sol ni al viento.
Sé que disfrutas el sol en tu rostro
sé que sientes el viento al correr
¿sabes tú lo mismo de mí?
¿humano?
A ti que admiras mi nobleza,
a ti que admiras mi belleza,
te hablo a ti ¿humano?
Tú que te bañas a diario
y que no puedes ni pasarme un cepillo
tú que te peinas a diario
y que no puedes desenmarañar mi crin
tú que te cambias los calcetines a diario
y que dejas mis cascos sucios
Te veo marchar cada día,
libre de ir a donde se te antoje
te veo mirarme encerrado
te veo a ti y no al sol ni al viento.
Sé que disfrutas el sol en tu rostro
sé que sientes el viento al correr
¿sabes tú lo mismo de mí?
¿humano?
A veces a solas, encerrado y sin nada que hacer
me pregunto:
¿me has dado tu vida como yo te di la mía?
¿me das tu vida como yo te doy la mía?
ni siquiera la tercera parte.
Y cuando reflexiono todo esto
agradezco
el amar la vida y no el dinero
el sentir el sol aún en la penumbra
el poder volar aún encerrado
y compadezco a todos ustedes
¿humanos?
que prisioneros, aún creen vivir libres.
(Daniela Ocejo)
me pregunto:
¿me has dado tu vida como yo te di la mía?
¿me das tu vida como yo te doy la mía?
ni siquiera la tercera parte.
Y cuando reflexiono todo esto
agradezco
el amar la vida y no el dinero
el sentir el sol aún en la penumbra
el poder volar aún encerrado
y compadezco a todos ustedes
¿humanos?
que prisioneros, aún creen vivir libres.
(Daniela Ocejo)
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