Los pequeños, de tan sólo 10 días de vida, fueron arrojados por algún malnacido a un contenedor para morir de frío, hambre y sed en la noche.
Tuvieron suerte y alguien bueno los rescató y ahora necesitan urgentemente un hogar para poder empezar de nuevo en la vida, sin su mamá, pero luchando por ser felices en una buena familia que les cuide y les quiera.
Aún no se sabe la raza que son, ni el tamaño, porque son muy cachorritos. Pero, por favor, difundirlos, tienen derecho a una oportunidad, y deben salir cuanto antes de donde están.
Muchas gracias por ayudarles!
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